Apple Watch: Mi experiencia a ciegas
Seguramente, muchos de vosotros pensaréis lo mismo que pensaba yo: ¿para qué diablos quiero un reloj inteligente? Ya tengo un teléfono móvil que me dice la hora, además de toda una ristra de funciones para la que puedo emplearlo. Además, ni siquiera puedo hacer algo, en mi caso, como, simplemente, mirar la hora. Así que, ¿merece la pena un reloj inteligente? Pues bien, me hallaba yo en la playa y me topé con un problema. Nunca me ha gustado llevar mi teléfono a cuestas si no puedo tenerlo controlado. Dejarlo junto a la toalla, en la bolsa con el resto de cosas, se me hace complicado. Estoy nervioso. No disfruto de lo que quiera que esté haciendo, porque en mi interior siempre ando pensando que alguien me lo va a robar. Entonces fue cuando entendí qué utilidad podía tener uno de estos relojes. Pensé en más situaciones en que pudiera serme útil. El gimnasio tal vez. Además de la ventaja ya mencionada, estos chismes cuentan con un montón de sensores: ritmo cardiaco, quema de calorías, oxí