Incapaz de entenderlo
Hace unos años tuve una revisión médica rutinaria en mi puesto de trabajo. Después de entablar una pequeña conversación con la doctora y hacerme algunas de las pruebas, me golpeó una pregunta inesperada: ¿no te has planteado pedir la incapacidad? Seguro que mi gesto dijo mucho más que mis palabras, pues se me habían quedado atragantadas más o menos donde la COVID obra su mal. Finalmente, negué con la cabeza y una sonrisa incrédula. ¿Por qué iba a hacerlo si puedo desempeñar mi trabajo? La semana pasada saltó una noticia en la que una sentencia avalaba la concesión de incapacidad permanente y el complemento de gran invalidez a personas con patologías preexistentes (se abre en una ventana nueva) . Una gran noticia, dirán unos; vaya morro, dirán otros. El caso es que es la excusa perfecta para daros mi opinión sobre lo que, creo, es un gran fracaso colectivo como sociedad.